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Estamos a tres dÃÂas de
cumplirse un año del trágico episodio que de alguna manera nos estremeció como
ciudad y nos estrelló con el suicidio como una verdadera epidemia en la misma.
La triste historia que nos obligó a mirar de frente esa problemática que
necesita toda nuestra atención, porque además ese hecho desdichado -hasta su
fatal desenlace fatal- se hizo viral gracias a las redes sociales y a que fue
transmitido en directo y sin ningún pudor ni sentido humano por algunos medios
de comunicación, explotando la terrible historia y avasallando la privacidad de
las vÃÂctimas (Jessi Paola y su hijo menor de edad Nicolás), solo para ganar
audiencia o likes.
Por eso, vale la pena que
reflexionemos y hagamos un análisis de lo que se ha avanzado hasta ahora, si
las medidas tomadas han surtido efecto, preguntarnos que no estamos viendo en
el mismo, si no estamos interpretando bien, existe mal análisis de las
manifestaciones o existen circunstancias tan disÃÂmiles que ni como familia,
sociedad o autoridad gubernativa se han podido identificar, ni muchos menos ser
precisos en su detección y acciones de prevención.
En 2018 se presentaron 39
suicidios en Ibagué, en el departamento por lo menos 15 personas se quitaron la
vida de octubre a diciembre del año pasado. En este 2020 se calculan no menos
de siete ocurridos ya. Es más, apenas el 3 de enero pasado ya se habÃÂa
registrado en primer caso en el Centro de la capital tolimense y 13 dÃÂas más tarde se evitó un suicidio en el
puente de la variante Ibagué-Armenia.
Este es un tema de salud
pública que debe ser tratado de inmediato tanto por las autoridades locales
como departamentales del ramo. Es hora de que se conozcan planes y proyectos
que serán desarrollados por las administraciones en turno para tratar de frenar
esta problemática, que ya se está volviendo paisaje común como la triste cifra
del desempleo.
Además, lo que se nota de
forma singular es que ya no se trata solo de jóvenes tristes o incomprendidos
si no de personas de todas las edades las que están tomando esta falta
decisión; ya no es un solo grupo etáreo si no que se está regando por todas las
edades, asÃÂ como por todos los estratos sociales.
Es urgente que se comience un
gran proyecto que involucre a las instituciones educativas en todos sus
niveles, desde el preescolar hasta la secundaria, la universidad, pero también
a las juntas de acción comunal, los clubes y ligas deportivas, asociaciones, a
las empresas privadas y las instituciones públicas para hacer un trabajo en red
que permita articular esfuerzos, especialmente contra los que son considerados
los asesinos número uno de los últimos años: la depresión, la angustia y
ansiedad cuya mayor caracterÃÂstica es el sigilo y silencio.
Recordemos que según la Organización
Mundial de la Salud la depresión en nuestro paÃÂs es más alta que en el resto
del mundo, pues es ubica en el 4.7 por ciento. Depresión, suicidio, trastorno
bipolar, estrés, ansiedad y psicosis son como una cadena que va de la mano y
desafortunadamente en Colombia están en aumento.
AsÃÂ que hay que esperar que
Ibagué sàvibre contra este mal y al Tolima se nos una para combatirlo.
Por: Nelson Germán Sánchez
Pérez -Gersan-