Por:
Por: Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-
Ser la capital de la Segunda Revolución en marcha de
Colombia, ese fue ni más ni menos el reto que Petro les hizo a los ibaguereños,
y de paso a los tolimenses, desde el icónico parque Murillo Toro que lució
lleno mientras el líder de la Colombia Humana, en una tarde lluviosa, les
presentaba su Pacto Histórico a los liberales, de pensamiento dijo, no solo del
partido decadente que hoy subsiste -digo yo-, y a las fuerzas alternativas e
independientes.
Una explicación rápida y a saltos de lo que significa esa Segunda
Revolución en Marcha hizo y de paso dejó ver los ejes temáticos de su propuesta
para conducir el país en los próximos cuatro años, de ganar las elecciones
2022.
La Revolución en Marcha fue el periodo de gobierno
comprendido de 1934 a 1938 presidido por el liberal Alfonso López Pumarejo,
cuyo principio fue demoler la política económica latifundista implementada por
los españoles e impulsada por gobiernos conservadores que gobernaron al país hasta
su llegada a la Casa de Nariño. Precisamente dada la crisis económica y social
que vivía la nación y el mundo en aquel momento, nace para Colombia la idea de
lo que hoy se llama el Estado social de derecho, que interviene en asuntos
privados, que proveé y reformula muchos conceptos de derechos y libertades.
Pero lo más interesante de dicha Revolución fue el debate y la puesta en
marcha, claro, no concluida y muy tímidamente aplicada por muchos intereses
poderosos creados a su alrededor, de la propiedad de la tierra y su
distribución.
Y precisamente al escuchar a Petro en el Murillo Toro queda
claro que lleva al escenario público y político de la campaña ese álgido tema
como eje central de discusión. El qué hacer con la tierra y su posesión, su
uso, su producción y su protección, es el centro del debate que propone al
país; una disertación no solo política si no ideológica y económica.
La distribución y expropiación de la misma, los procesos
para reconvertir a campesinos minifundistas en granjeros -al estilo USA- que
produzcan asociativamente con apoyo tecnológico y de créditos blandos que
provengan de una gran oferta bancaria y financiera y no monopolística y cerrada
como la de hoy, para con ello ir restando poder y áreas a los que llama
latifundistas y terratenientes poderosos con propiedades improductivas y avidez
de acumulación histórica; para, a la vez, quitar carga a las ciudades y sus
cinturones de miseria periféricos llenos de desplazados, campesinos quebrados o
amenazados, fue la línea discursiva que marcó.
Un tema nada sencillo y que promete ser intenso y denso el
que propone Petro en el inicio del partidor hacia la Presidencia. Porque además
de discutir sobre la tierra, su uso y propiedad, la pasa por su particular
visión de relacionamiento de dueños o poseedores de grandes extensiones con los
problemas de narcotráfico, desforestación, desplazamiento, masacres, procesos
extractivistas contaminantes del ambiente y la delincuencia de cuello blanco
que ha azotado y dirigido al país de la mitad del siglo XX hasta lo que va
corrido de este XXI. La Segunda Revolución la expuso en tierras tolimenses por
ser la del creador de la Revolución en Marcha hace 87 años (López Pumarejo
nació en Honda).
Pero más allá de la iniciativa, queda claro que Petro es un
político que aprendió a conectarse con las clases populares, los jóvenes, los
movimientos sociales, la clase media y los llamados marginados o excluidos. Que
les habla de los problemas que sufren y los temas que les interesan. Que los
lleva sutil y eficazmente a tener una visión de un mejor futuro, de sentirse parte
de algo y orgullosos de lo que son y lo que han batallado para subsistir.
Les da referentes para estimular su sentido de unidad y
conectar pensamientos y sentimientos. En el Murillo Toro lo hizo al traer, como
en una cátedra de historia, la figura del general José María Melo y recordar
que nació en Chaparral y fue el último de los oficiales libertarios de la
Independencia del país, que luchó como teniente al lado de Simón Bolívar y
logró ser general y Presidente pese a su condición indígena; que se unió a
artesanos, campesinos e indios para buscar mejores condiciones sociales para
todos, pero fue traicionado y derrotado.
En fin, queda claro porque Petro sigue liderando cuanta
encuesta y sondeo aparece, muy lejos de cualquier rival. Nada fácil la tiene
sus contrincantes, pero esto apenas comienza y ese tema de la propiedad y uso
de la tierra sin duda va encender pasiones peligrosas en este país.