Por:
Por: Alejandro Rozo
Para nadie es un secreto que
la pandemia fue el puente para que el negocio de contenidos eróticos creciera
en el mundo imponiéndose como una tendencia de mercado. La plataforma
denominada Only Fans, creada en 2016,
antes de la pandemia tenía cerca de 12 millones de usuarios registrados,
mientras que hoy podría estar vinculando más de 140 millones de usuarios. Se
calcula que diariamente se suman entre 6.000 y 8.000 personas, generando nuevas
interacciones y mayores movimientos de dinero.
Inicialmente el objetivo era
difundir contenidos exclusivos, donde modelos, actrices o actores, cantantes e
interesados pudieran subir lo que quisieran. Sin embrago, esta plataforma se
convirtió en el canal ideal para vender contenido para adultos, pues además de
no ser gratuita como la mayoría de redes sociales, tiene un sistema
transaccional que genera ganancias de manera directa donde el 80% es para el
creador de contenidos y el 20% para los administradores de la plataforma. Las
tarifas de vinculación mensual van desde U$5 hasta U$50 dólares, donde además
se pueden realizar interacciones personalizadas vendiendo fotos exclusivas o
videos Hot, acordando encuentros y hasta citas en otros países diferentes a los
de su origen.
Por ejemplo, una cuenta con
300 suscriptores a razón de U$10 dólares por mes, generaría U$3.000 dólares
mensuales, es decir $11.265.000 millones de pesos colombianos al cambio de hoy,
esto sin tener en cuenta las interacciones personalizadas y pago por contenidos
adicionales, lo que podría aumentar en otro tanto las ganancias. Por irreal que parezca, esta es una realidad
que en países como Colombia se ha convertido en un modo de subsistencia para
miles de jóvenes de ambos sexos sin importar el estrato social, en especial
para mujeres jóvenes, divas o no divas de todos los tipos, culturas, razas o
colores que posiblemente no encuentran mayores oportunidades de subsistencia. La
forma de difusión más común consiste en asociar los perfiles a las principales
cuentas de redes sociales, por lo que es muy común encontrar en la cuenta de
INSTAGRAM el enlace directo a Only Fans.
Este comercio virtual no solo
deja ganancias a quienes trabajan en estas plataformas, también ha generado un
aumento en la comercialización de servicios de conectividad a internet, venta
de aplicativos móviles, computadores portátiles, cámaras, luces y
escenografías, por supuesto el crecimiento de los Sex Shop es tan tangible, que
donde antes funcionaba la tienda de detalles donde se compraban ositos de
peluche o tarjetas de amor, muy posiblemente hoy opera una tienda de artículos
sexuales al alcance de cualquiera. Los más puritanos se echarán la bendición al
pasar frente a estos comercios HOT, eso sí, mientras mueren de ganas por saber
que hay detrás de ese mundo de fantasías.
Uno de los problemas que se
hace necesario advertir, radica en la dependencia y abusos que esto pueda
generar, en especial cuando menores de edad acceden con libertad y hacen uso de
estas redes utilizando perfiles falsos o alterando la edad legal. Aplicaciones
comerciales como UBER y AIRBNB que han levantado tanto callo en los sectores de
transporte y hotelería son incontrolables, Así mismo, esto del cibersexo es
imposible de regular por más que se quieran endurecer las políticas, estos son
los efectos colaterales de la cuarta revolución industrial donde se democratiza
lo prohibido y donde los tabúes cada día se convierten en realidades normales.
Personalmente considero que no se puede tapar el sol con un dedo, pues la
naturaleza del ser humano hace que lo prohibido genere rentabilidad.
No me detendré a juzgar sobre si
la democratización del sexo con fines comerciales es buena o mala, las
posiciones de cada quien son respetables. Lo importante de esta reflexión
radica en reconocer que los valores sociales no son los mismos de antes, así
como la legalización de las drogas toma fuerza en la mayoría de países
desarrollados, las libertades sexuales y el respeto por la condición de género,
también se convierten en nuevos derechos para la humanidad. No hay peor ciego
que el que no quiere ver la realidad, los padres de familia y maestros tratan
de hacerse los de la vista gorda frente a estos temas, más aún cuando
moralmente están llenos de pecado.
Hoy por hoy, el país se debate
entre complejas realidades sociales, como: la falta de oportunidades en temas
educativos y laborales, la pobreza, el desempleo y la deformación o
desintegración de los núcleos familiares.
Por todo esto, se hace necesario hablar a los hijos con claridad y con la
verdad, pues las redes sociales muestran un conjunto de estereotipos donde mega
mamacitas a la par de sus espectaculares cuerpos, lujos, viajes rimbombantes y excentricidades,
se idealizan como el referente o patrón a seguir, la belleza no es un pecado, es
un atributo que no se puede convertir en un espejismo de influencia negativa para
que aquellas desprevenidas que se comen el cuento de !Alicia en el país de las
maravillas¡, sigan creyendo que solo la belleza es la clave del éxito.