Por:
Por: José Antonio
Buenaventura Castro
Tomando un cafecito
en Juan Valdez de la 37 con quinta, con un libro de Kerouac en la mano leo la
siguiente frase: !No uses el teléfono, la gente nunca está lista para
responder¡. Detenidamente observo a mí
alrededor y gran parte de las personas que sostienen alguna conversación tienen
un teléfono en la mano. Supongo que Kerouac no avizoraba un cambio axiológico
en el uso del teléfono y menos en la forma de responder de la gente. La frase
correcta para hoy día seria: Usa el teléfono, la gente ya está lista para
responder. Sin suerte la tesis de Kerouac ha quedado en el total olvido;
sorprendentemente hemos cambiado nuestros canales de comunicación, lo cual ha
deteriorado las relaciones interpersonales, como en alguna ocasión lo planteo
el gran Durkheim: !el día que evolucione el dialogo personal, las relaciones
serán a distancia¡. ¡Yo no imagino a Romeo enviando uno de sus mejores poemas a
Julieta por whatsapp!, o peor aún, para no tener que ir hasta el palacio de los
Capuleto y, no correr el riesgo de ser visto, quizá el riesgo de perder la
vida, Romeo enviando una nota de voz: !¡Silencio! ¿Qué resplandor
se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge,
esplendente sol, y mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento
porque tú, su doncella, la has aventajado en hermosura!...¡. Y en el fondo del
audio suena la novela de las ocho. ¡Se perdió la magia! Ya el romanticismo está
en desuso, esos amores prohibidos como el de Florentino Ariza y Fermina Daza,
los aniquilo el whatsapp, los chat; la esencia primordial de los encuentros
furtivos y clandestinos, fueron reemplazados por encuentros impersonales en
plataformas sociales, nos robaron el alma, nos robaron la inocencia, nos
robaron el espíritu y, no hay nada más doloroso en esta vida que un espíritu
amputado, nos han desmembrado las ideas y este señor Mark Zuckerberg está
fusilando la mente del mundo entero. Será admirado por su fortuna, pero un
genio siempre debe buscar la trascendencia del ser mediante mecanismos que
generen algún tipo de evolución cognitiva, pero pese a las críticas que me
hagan este señor con sus avances pseudo - tecnológicos (pido perdón al lector
porqué esta palabra no existe) realmente esta involucionando la sociedad.
Claramente nos hemos hecho dependientes de las redes sociales, pues aun yo me
encuentro preso en sus membranas, pues para no ir lejos mis publicaciones son
mediante la plataforma que invento el señor que cuestione renglones atrás;
¡cínico! Pero no me voy a justificar,
por ahora necesito de él, aunque él no necesite de mí. Quizá todos necesitemos
de él y yo esté equivocado; pero para no molestar más al señor lector en lo que
está haciendo, me despido rapidito que tengo como 30 ¡whatsapp! sin responder;
a lo mejor Zuckerberg me escribió para ofrecerme un buen trabajo.