Por:
Por: Nelson Germán Sánchez
Pérez -Gersan-
Tal vez a usted como a mí
estos nombres le digan poco Geert Wilders, Nigel Faraget, Marine Le Pen, Viktor
Orbán, pero cada uno de ellos tienen mucho en común con un nombre que del qué
sí sabemos y reconocemos: Donald Trump.
Pues pareciera que el en año
2017 nos los pondrá en la palestra pública, pues son de la misma línea
ideológico desde un discurso nacionalista de derecha, de toques xenofóbicos,
quejas por el manejo económico y la plata que se va en subsidios.
Ver enemigos en todas partes
es parte de ese discurso. No crean que la línea solamente es para los países
europeos, en América Latina también comenzó el ascenso de la derecha en el
espectro político, en Chile es casi un hecho que lleguen al poder, en Colombia
ni se diga en el 2018 con el vicepresidente Bob el Constructor que tenemos hoy.
Por eso, nada raro de que la
fiesta de la paz que forzamos hoy, no podamos continuarla en dos años y creo
que las primeras muestran ya comenzaron con panfletos y amenazas a la misma
iglesia católica.
Creo, humildemente, que así
como el país se metió por el ojillo más estrecho del tema del acuerdo con las
FARC, va a tener que preparar todos sus esfuerzos y baterías para evitar que la
implementación se caiga a pedazos y que caigamos en un recrudecimiento del
conflicto debido al poco convencimiento y respaldo popular que existe al mismo,
y los poderosos empresarios, terratenientes, ganaderos que están esperando el
momento para actuar cuando sus propios intereses se vean socavados.
Con un mundo que comenzó a
girar hacia la derecha nuevamente, con un Trump liderando estas ideas, pudiendo
deshacer lo andado hasta hoy en apoyos internacionales, es casi un hecho que las
cosas se van a complicar.
Ojalá más allá de todo el
esfuerzo, el desgaste social y político, la desistitucionalización en que nos
embarcamos, la politizada extrema en que se metieron las cortes colombianas y
la justicia, especialmente la Corte Constitucional- que para la historia quedará
como las politiquera de las politiqueras desde 1991-, las cosas no se
compliquen por el bien de los ciudadanos de a pie como nosotros que
resultaremos pagando las platos rotos de haber torcido tantos caminos solo para
conseguir un premio Nobel de Paz.
Hay que ser positivos, no
llamar aves de mal agí¼ero, pero no se puede hacer un ejercicio serio de
prospectiva para construir los más variados escenarios, porque estamos frente a
varios caminos sin ningún fin claro o salida real que nos sirva a todos.
Las heridas siguen abiertas,
la división es palpable, los intereses se mantienen, la incredulidad sobre
Santos crece, los políticos se hacen los de la vista gorda y esperan
reacomodarse, las Fuerzas Militares solo esperan una señal política para volver
a cambiar de esquina, es decir, lo que tenemos hasta hoy más allá de las normas
que lo encuadren en estos seis meses, son una simple fachada general.
Paciencia, prudencia y sapiencia es lo que nos toca a todos todos los
colombianos de aquí en adelante.
Por último, aplausos al
Tolimita del alma por ese subcampeonato en la liga de fútbol profesional.
Gracias por la alegría, la entretención y la ilusión. Como siempre nos faltó un
centavo pal peso.