OPINIÓN 23-12-2020
Por: Juan Manuel Díaz
Hay sentimientos encontrados
por estos días en el mundo. Por un lado, estamos a la expectativa de la llegada
de la vacuna y en la lucha contra el virus, y por el otro, mañana será navidad,
y el Niño Dios tendrá que nacer con tapabocas incluido, debido al gran número
de contagios y muertes que tienen las UCI colapsadas en el país.
Muchos son los deseos que
puede haber bajo el árbol de los colombianos por estos días. Cosas materiales,
lujos, el celular de moda, y hasta los tenis de J Balvin, que bien costosos que
sí salieron; pero hoy es necesario hacer un alto en el camino para recordar las
cosas verdaderamente importantes de esta época, y que deben estar en alta
estima en el corazón de cada uno de nosotros.
Quizás en ningún otro año
había tenido tanto sentido estar bien de salud, y haber pasado el año en limpio
sin enfermedades como en este 2020. Seguramente, en la mesa de muchos faltarán
personas, unos porque han fallecido por cuenta de aquella pandemia que nunca
nos imaginamos vivir, y otros porque sencillamente no pueden estar por
diferentes razones. Usted lector que tiene ahí a su mamá o a su papá, o puede
disfrutar de una cena con su círculo cercano, hoy quiero decirle que atesore
esos momentos, que los disfrute y los valore como nunca, pues ya es ganancia,
que pueda reunirse con ellos por estos días, cuando la esperanza pareciera
desvanecerse para muchos.
Si quisiéramos remitirnos a
las leyendas bíblicas y a la historia de la navidad, tendríamos que apelar a
los valores familiares, a la unión y los sacrificios de María y José, y las
incomodidades que pasaron para llegar a Belén. A la caridad de los Reyes Magos,
pero, sobre todo, al amor familiar y la entrega de dos padres por su hijo que
acababa de nacer.
Aun cuando vemos todavía tanta
gente preocupada por lo material, por las cosas que no nos llevaremos con
nosotros al sepulcro, vale la pena gritar con todas las fuerzas, que la navidad
es más que eso, que la navidad es estar completos, y es tener a quien sonreírle
cuando el reloj marque las 12 de la noche.
Esa es la reflexión que hoy
quiero hacer. Por nada del mundo se lamenten si no hay el regalo material
esperado bajo su árbol, y ojalá que los más pequeños así pudieran entenderlo.
No exponga a su familia al virus, violando las leyes establecidas por las
autoridades. Si puede, evite los abrazos y los besos, ya será mucha ganancia
poder estar vivos para pedirle al Niño Dios, que la vacuna llegue pronto, y que
ninguno de los nuestros, perezca, mientras eso pasa.
¡Feliz navidad para todos!
NACIONAL 03-04-2020
“Aguapanela, bicarbonato y limón. Es la receta”: Paciente recuperado del coronavirus
PUBLICIDAD