“Nosotros crecimos en Ibagué, entre risas, calles polvorientas y amigos que aún recordamos con cariño”, cuenta Camilo Rojas, comunicador social y periodista de profesión. “Mi hermano mayor estudió Ingeniería Agronómica, yo estudié Comunicación, y Juan Pablo, el menor, siempre fue músico. Él ha vivido la música desde niño, es quien más recorrido tiene de los tres”.
Cuando los tres hermanos llegaron a Estados Unidos, no imaginaban que la música sería su destino. “La idea inicial era trabajar, salir adelante. No pensamos en la música de entrada”, recuerda Camilo. “Pero empezamos a notar algo: la comunidad colombiana aquí estaba creciendo muchísimo, y con ella, la necesidad de sentirse cerca de su tierra”.
Así nació RB Latino, un proyecto familiar que mezcla vallenato, salsa, cumbia, merengue y música popular. Un repertorio que —más que canciones— se ha convertido en una caricia al alma para los colombianos que viven lejos. “Cuando tú le cantas un vallenato a un colombiano que lleva 20 o 30 años sin volver, lo ves llorar”, dice Camilo con emoción. “Porque la música lo transporta a su casa, a su gente, a los olores de su infancia. Y eso no tiene precio”.
El camino no fue fácil. “Nos cerraron muchas puertas”, admite. “A veces nos decían: ‘Son muy buenos, pero no me interesa’. Entendimos que en este país hay que abrirse paso poco a poco, que las oportunidades se construyen con constancia”.
Pero con el tiempo, la perseverancia dio frutos. Los tres hermanos comenzaron a presentarse en restaurantes colombianos de renombre, discotecas y eventos multiculturales en Los Ángeles. Su versatilidad —“cantamos de todo un poquito”— se convirtió en su sello distintivo.
“La gente empezó a decirnos que nunca habían visto algo igual acá, que les encantaba escuchar vallenato o cumbia en vivo. Y ahí supimos que íbamos por buen camino”, cuenta Camilo. “Nos han contratado en fiestas de brasileros, peruanos, guatemaltecos, incluso americanos. Algunos nos dicen: ‘Yo tengo que ir a Colombia, quiero conocer ese país del que ustedes hablan con tanto amor’”.
Cada vez que suben al escenario, los hermanos Rojas lo hacen con una bandera invisible al pecho: la de su tierra. “Siempre decimos: somos de Ibagué, la ciudad musical de Colombia”, dice con orgullo. “Porque queremos que la gente sepa que no solo existen Medellín o Bogotá. Ibagué también tiene talento, tiene alma, tiene historia”.
Su amor por su ciudad no es casual. “Para mí, Ibagué es el mejor vividero del mundo”, confiesa Camilo. “Es la escuela más bonita que puede tener un músico. Allá aprendimos no solo a tocar y cantar, sino a ponerle amor a lo que hacemos. Y eso es algo que aquí, en un país donde todo gira en torno al dinero y al consumo, marca la diferencia”.
Hoy, RB Latino se expande. Los hermanos trabajan en la creación de una orquesta y nuevos formatos musicales, con el sueño de llevar su propuesta a más escenarios y públicos. “Queremos seguir creciendo, llevar nuestra música a otras ciudades y algún día volver a Ibagué, para seguir entregando lo mejor a nuestra tierra”, asegura Camilo.
Su historia es una de esas que iluminan desde lo sencillo: tres hermanos que, lejos de casa, encontraron en la música la manera de volver todos los días. “Lo más bonito —dice Camilo— es ver cómo la gente se emociona con nuestras canciones, cómo un acorde puede hacerlos sentir que están otra vez en Colombia. Y eso, créeme, vale más que cualquier cosa”.
Los pueden apoyar en redes sociales, donde los encuentran en instagram como @rblatinoficial
POR: Natalia Gualanday - El Irreverente