En los pasillos del antiguo Instituto Hispanoamericano de
Ibagué, allá por el año 2002, un grupo de bachilleres conoció a un profesor
cubano alto, delgado y recién llegado al país. Se llamaba Carlos, era médico de
profesión, sabía de química y biología, y se destacaba por su carácter afable y
su disposición con los estudiantes. Dos décadas después, ese mismo hombre hoy
es Charlotte Schneider Callejas, actual viceministra de la Mujer en el Gobierno
Nacional.
Un exalumno, que cursaba grado once en ese entonces,
recuerda con claridad aquellas clases inusuales que marcaron su memoria: “Nos
enseñaba hasta a hacer cosméticos, labiales y lápices de cejas con productos
que comprábamos en la farmacia. En esa época nos reímos mucho, porque no era lo
que uno esperaba en el colegio, pero él lo hacía con cariño”, contó entre
risas.
El colegio, ubicado en la calle 12 con carrera 8, era de
pocos estudiantes por curso. Allí, Carlos se ganó el respeto de sus pupilos por
su humildad y cercanía. “Era muy buena gente, nunca lo vimos raro, vivía por
el Jordán, cerca de una peluquería donde convivía con amigos, pero para
nosotros solo era un profe bacano que nos enseñaba química y biología”,
relató otro de sus compañeros de aula.
Con el paso de los años, la sorpresa llegó cuando varios de
esos exalumnos lo vieron en televisión nacional en un reportaje sobre
transformismo en Bogotá. “De un momento a otro apareció en un programa
nocturno y ahí lo reconocimos: era nuestro profesor. En ese instante supimos
que llevaba una vida distinta, que había encontrado otra faceta de sí mismo”,
rememoró.
Hoy, aquel profesor que pasó por Ibagué en silencio se ha
convertido en figura pública. Charlotte Schneider no solo construyó una
trayectoria en el activismo y en la política, sino que llegó a ser designada
viceministra de la Mujer, cargo desde el cual impulsa políticas de equidad e
inclusión en Colombia.
Esta historia, que pocos recuerdan en Ibagué, conecta los
recuerdos juveniles de un grupo de exalumnos con el presente político del país.
Una muestra de cómo las vidas pueden transformarse de maneras inesperadas y
cómo, detrás de cada rostro público, existe un pasado que permanece guardado en
la memoria de quienes compartieron con ellos un aula de clase.
POR: Redacción Judicial El Irreverente Ibagué