Desde una infancia entre libros, poesías y teatro en el barrio Protecho Bajo El Salado, Yeimy Lizeth Castillo Zea creció con un amor profundo por las palabras y el poder transformador de la educación. Hoy, a sus 35 años, sueña con fundar una institución que garantice educación inclusiva, becas para niños en condición de vulnerabilidad, y empleo digno para nuevos educadores. Un sueño que nació en medio de una crisis global, pero que se ha fortalecido gracias a su historia de vida, su vocación, y la convicción de que la ternura y la empatía aún pueden cambiar al mundo.
El comienzo de un camino pedagógico
Yeimy recuerda con claridad cómo su amor por la lectura la destacaba en la escuela y cómo, en el colegio Carlos Lleras Restrepo, las declamaciones de poesía y las obras teatrales fueron su refugio y trampolín. En su recorrido, el profesor de lengua castellana Adalberto Palma dejó una huella tan fuerte que decidió seguir sus pasos. Fue su madre, Janneth Zea, quien la motivó a estudiar licenciatura, reconociendo en su hija un talento especial para enseñar.
“Mi mamá siempre me decía que veía en mí un potencial para enseñar, especialmente para inspirar a los demás a leer y escribir”, cuenta Yeimy con gratitud. Y no se equivocó.
Una visión de inclusión nacida en la adversidad
Durante la pandemia, Yeimy ofreció clases a domicilio, y fue entonces cuando nació su proyecto: un modelo de “fundación-colegio” pensado para brindar educación de calidad a niños con dificultades cognitivas o sin acceso a recursos. “Muchos padres se sentían desbordados, llenos de dudas sobre cómo acompañar los procesos emocionales y académicos de sus hijos”, recuerda.
La experiencia la llevó a imaginar un espacio inclusivo, que combine pedagogía, salud física y mental, con enfoque solidario: estudiantes que puedan pagar ayudarían a sostener a quienes no pueden, con apoyo de becas, medias becas y donaciones.
Reconocimientos y formación con propósito
Con una trayectoria que incluye estudios en el SENA, la Universidad del Tolima, UNIMINUTO y la Universidad de Campinas en Brasil, Yeimy ha cosechado logros como una beca por mérito académico, un intercambio internacional y un reconocimiento como “Mujer que inspira” por RCN en 2021. Habla con fluidez portugués, idioma que asegura “es el que más ama”, y continúa formándose con una especialización en gerencia comercial.
Educar para transformar
“Emprender para mí es romper mitos sobre los imposibles”, afirma. Para Yeimy, el emprendimiento no solo es una meta profesional, sino un acto de resistencia y esperanza. Su proyecto busca no solo enseñar a los niños, sino también acompañar a las familias y brindar oportunidades laborales a jóvenes docentes.
En el futuro, espera consolidar el nombre de la institución y convertirla en un referente en infancia, adolescencia y vínculos familiares en Ibagué. “Queremos crecer a gran escala, pero sin perder el alma del proyecto: la empatía”.
Un mensaje a Ibagué y al Tolima
A las mujeres, jóvenes y ciudadanos de su tierra les deja un mensaje claro: “Seamos más empáticos con las emociones de los demás. La educación transforma vidas y puede convertir a nuestra región en un lugar donde todos quieran vivir y quedarse. La inocencia de los niños debe ser nuestra esperanza”.
Yeimy es testimonio vivo de que una vocación auténtica, alimentada por la perseverancia y el amor, puede convertirse en un proyecto de vida que impacte generaciones.
Si deseas conocer más sobre el proyecto educativo de Yeimy Castillo o apoyar su iniciativa, puedes seguirla en sus redes sociales. Instagram: @yelizcas90 y TikTok: Aula de Português, donde comparte contenidos pedagógicos y culturales.
POR: Natalia Gualanday - El Irreverente