Lo que debía ser una tradicional fiesta de San Juan y San Pedro terminó envuelto en polémica. Más de 3.000 unidades de madera ilegal, en su mayoría podrida y con hongos, estaban siendo usadas para construir una corraleja sin permisos ambientales en el municipio de Guamo. Así lo denunció la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), que no solo decomisó el material, sino que también denunció intentos de impedir el operativo por parte del equipo logístico del empresario responsable. La entidad ambiental actuó tras recibir una denuncia anónima que alertaba sobre la construcción de estructuras con madera en pésimas condiciones. En el lugar, los técnicos de Cortolima encontraron madera sin tratamientos técnicos, con clavos oxidados y sin ningún permiso. Todo esto en medio de preparativos para una corraleja —un evento que ya de por sí está en el centro del debate por el maltrato animal—. “No estamos en contra de la fiesta ni del empleo, pero tampoco podemos permitir estructuras de dudosa seguridad y con material que claramente no cumple ningún estándar técnico ni legal”, aseguró Oscar Eduardo Tafur Villarreal, jefe de la Oficina Territorial Suroriente de Cortolima. La madera, además de ser ilegal, representaba un riesgo para la vida de quienes asistirían al evento, algo que Cortolima dejó claro al iniciar un proceso sancionatorio bajo el marco de las leyes ambientales colombianas. Mientras tanto, el empresario implicado se negó a entregar el material decomisado y, según la entidad, intentó obstaculizar la acción de la autoridad. Hoy, la corraleja está paralizada y custodiada por vigilancia privada, a la espera de que se defina el destino del material incautado. Cortolima, por su parte, insiste en que su papel no es impedir celebraciones populares, sino hacer cumplir la ley y proteger la vida humana y el medio ambiente.
POR: Redacción Tolima - El Irreverente