Desde el barrio Galán en Ibagué, entre juegos, liderazgo escolar y el amor por la naturaleza, creció el espíritu inquieto de Marlen Franco Krejci, una joven ibaguereña de 27 años que ha demostrado que sí se puede: que se puede emprender desde casa, desde lo que se ama y, sobre todo, con los hijos como inspiración y compañía. Hoy, Marlen lidera Mi Cactus, una tienda física y digital que no solo vende plantas, sino que cultiva conciencia ambiental, enseña a cuidar la vida y conecta a las personas con su lado más verde y auténtico. Desde niña, Marlen se destacó por su creatividad y su conexión con la tierra. Fue líder ambiental en su colegio, participó en ferias como Corferias con proyectos de reciclaje, y encontró en su madre —una mujer policía, guía y apoyo incondicional— un ejemplo de fortaleza y entrega. Hoy esa herencia florece en cada rincón de su emprendimiento: una combinación de diseño, amor por lo natural y compromiso social. En plena pandemia, mientras el mundo se detenía, Marlen se reencontró con su creatividad. Empezó con pequeños cactus sembrados en cubetas de huevo recicladas y macetas pintadas a mano. Lo que parecía un pasatiempo, se convirtió en terapia, sustento y, con el tiempo, en una comunidad. A su lado, como siempre, su madre, y ahora también su hijo: “Mi hijo hace parte de Mi Cactus. Me ayuda a regar las plantas, a pintarlas, a cuidarlas. Le estoy enseñando a amar la naturaleza, a proteger el medio ambiente y a que el día de mañana también puede emprender. Él es mi mayor motivación para hacer las cosas mejor”, cuenta con orgullo. Ser madre joven no fue una barrera, sino el impulso que necesitaba. Marlen convirtió su maternidad en una fuente de motivación profunda para reinventarse y soñar en grande. Quiere ofrecerle lo mejor a su hijo, pero también tender la mano a otras madres jóvenes que, como ella, están buscando un nuevo comienzo. “Emprender me ha unido a muchas mujeres, especialmente a mamás. Las entiendo, las acompaño, y juntas nos motivamos. No estamos solas. Si tienes una pasión, si amas algo, puedes convertirlo en un negocio, incluso desde casa y con tus hijos a tu lado”, afirma con determinación. Mi Cactus no es solo una tienda: es una escuela viva. Marlen organiza talleres sobre reciclaje, agricultura urbana, abonos orgánicos como el bocashi, y más. Con estudios certificados por el SENA y una clara visión de futuro, sueña con hacer crecer su marca, generar empleo para madres cabeza de familia y promover la agricultura urbana en cada hogar. “Como las plantas, las personas también podemos volver a florecer. Solo necesitamos cuidado, amor y paciencia”, reflexiona. A través de su historia, Marlen nos recuerda que los sueños no tienen edad ni condiciones perfectas para comenzar. Que cada obstáculo puede ser una semilla. Que emprender desde casa, desde lo que se sabe, se ama y se vive, es posible. Su mensaje para otras jóvenes y madres es claro: Encuentra a Marlen y su proyecto en Instagram como @tienda_micactus y descubre sus talleres, productos y consejos para conectar con la naturaleza desde tu hogar. Contacto: 314 872 8847Semillas de liderazgo desde la infancia
Un sueño que germinó en tiempos difíciles
Ser mamá y emprender: un reto posible
Más que vender: transformar y educar
Un mensaje que florece con fuerza
“Todo se puede. Solo hay que confiar en una misma, en el proceso y en que, aunque parezca difícil, todo lo que nace del corazón tiene raíces fuertes.”
POR: Natalia Gualanday - El Irreverente