La vida de María Camila ha estado marcada por el cariño y el compromiso con su núcleo familiar. Su esposo Geovanny Llache, su hijo Federico de nueve años y su perro Lucas son su mayor fortaleza. “Mi hogar es mi refugio, mi sostén, mi apoyo… los amo a los tres”, dice con emoción. A ellos se suman su madre Ana Vila, sus hermanas Mariana, Natalia y Ana María, y sus sobrinos Samuel y la pequeña Belén, de apenas dos meses, quien ha traído nueva alegría a la familia. Estudió en el colegio La Presentación y más adelante cursó diseño de modas y administración de empresas en la Universidad CUN. Su camino como emprendedora comenzó en 2005, cuando descubrió su pasión por el diseño de joyería durante una pasarela de fin de semestre. Su talento fue reconocido con un premio que incluía un curso de bisutería. “Ahí supe que podía empezar a plasmar todos los diseños que tenía en mi cabeza”, recuerda. Así nació la marca María Camila Andrade, una firma de joyería artesanal de lujo que este año cumple 20 años de historia. Cada pieza es única, tallada a mano en bronce con baño de oro de 24 quilates, y elaborada por madres cabeza de hogar, en una apuesta por el empoderamiento femenino desde lo local hacia el mundo. “Nuestra marca es para mujeres fuertes, valientes, atrevidas, que valoran lo artesanal del talento tolimense”, afirma con orgullo. Su mensaje para las mujeres es claro y poderoso: “Pongamos nuestra vida en manos de Dios, seamos auténticas sin perder nuestra esencia ni nuestros valores. Las mujeres somos la fuerza. Perseveremos y nunca dejemos de sonreír”. A los jóvenes les deja una invitación directa: “Crean en Dios, descubran sus talentos pronto y hagan realidad cualquier idea que aporte a su futuro y a un buen proyecto de vida. Atrévanse a pasar fronteras. Sí se puede”. Como tolimense comprometida, María Camila también alza la voz por su región: “Sigamos creando empresa, apoyémonos entre nosotros, compremos aquí y dinamicemos nuestra economía. En el Tolima pueden pasar cosas geniales”. Actualmente, su proyecto es ambicioso: expandir su marca a más ciudades de Colombia a través de tiendas de diseñadores, y conquistar mercados internacionales. Con una visión clara, el corazón lleno de sueños y una fe inquebrantable, María Camila Andrade Vila es el ejemplo de que una joya auténtica no solo se crea, también se vive.Nacida, criada y formada en Ibagué, María Camila Andrade Vila es mucho más que una diseñadora de joyas: es una mujer que ha hecho del arte, la fe y la familia, los pilares de su vida y su emprendimiento. Desde sus primeros años, creció en un ambiente cálido, rodeada de amor y complicidad entre hermanas. “Mi niñez fue hermosa”, recuerda con ternura. “Crecí con mamá y papá hasta los 12 años, cuando él falleció, pero con mis tres hermanas seguimos muy unidas y nos amamos mucho”.
POR: Natalia Gualanday - El Irreverente