Lo que
comenzó como una crisis económica terminó convirtiéndose en una historia de
éxito empresarial. Así nació La Mina del Chorizo y Barril, un emprendimiento
familiar de Ibagué que, en tiempo récord, ha conquistado el mercado con su
chorizo artesanal, bajo en grasa y ahumado al barril.
La
idea surgió de la necesidad. Dahiana Urrea, junto a su esposo y su padre,
decidió transformar la adversidad en una oportunidad. Su padre, con una fórmula
tradicional de chorizo, les entregó el secreto que hoy los ha llevado a
convertirse en líderes de ventas en los principales supermercados de la
ciudad.
El
primer gran reto fue formalizar la empresa. Gracias al apoyo de la Cámara de
Comercio de Ibagué, lograron registrar la marca y obtener los permisos
necesarios sin incurrir en altos costos. Con todos los documentos en regla, La
Mina del Chorizo y Barril comenzó su camino en los supermercados, apostando
desde el inicio por los más grandes.
El
primer gran logro llegó con Surtiplaza, donde tras rigurosas pruebas lograron
ingresar su producto. Las degustaciones en los puntos de venta marcaron la
diferencia: los clientes se sorprendieron con su sabor, su textura y el hecho
de que, a diferencia de otros chorizos, no dejaba sensación grasosa en el
paladar.
Tras
el éxito en Surtiplaza, el siguiente objetivo era Mercacentro, una de las
cadenas más importantes de la ciudad. Con gran esfuerzo y dedicación, lograron
superar todas las pruebas y obtener un lugar en sus estanterías. Hoy, su
producto está presente en cinco de los supermercados más reconocidos de Ibagué
y sigue en expansión.
Detrás
de este emprendimiento hay más que solo una buena receta. El nombre del negocio
tiene un significado especial: "La Mina" es un homenaje al padre de
Dayana, quien trabajó en minas de esmeraldas, y "Barril" hace
referencia a la técnica de ahumado que su esposo perfeccionó durante la
pandemia.
El
crecimiento ha sido vertiginoso. La marca ya es reconocida en redes sociales,
donde los clientes elogian su calidad y sabor. Además, han lanzado una nueva
versión picante y están en proceso de registro para seguir innovando.
La
Mina del Chorizo y Barril no solo es una empresa familiar, es un ejemplo de que
la perseverancia y la disciplina pueden superar años de experiencia en el
mercado. Su meta es ambiciosa: llegar a más ciudades y, a mediano plazo,
exportar su producto.
Con un
equipo de trabajo comprometido y el respaldo de la Cámara de Comercio de
Ibagué, este emprendimiento sigue en ascenso, demostrando que con pasión y
esfuerzo, los sueños se pueden convertir en realidad.
POR: Alexandra Echeverry Bonilla